Factores de riesgo
Se han
identificado varios factores de riesgo de maltrato infantil. Aunque no están
presentes en todos los contextos sociales y culturales, dan una visión general
que permite comprender las causas del maltrato infantil.
Factores del
niño
No hay que
olvidar que los niños son las víctimas y que nunca se les podrá culpar del
maltrato. No obstante, hay una serie de características del niño que pueden
aumentar la probabilidad de que sea maltratado:
- la edad inferior a cuatro años y la
adolescencia;
- el hecho de no ser deseados o de no
cumplir las expectativas de los padres;
- el hecho de tener necesidades
especiales, llorar mucho o tener rasgos físicos anormales.
Factores de
los padres o cuidadores
Hay varias
características de los padres o cuidadores que pueden incrementar el riesgo de
maltrato infantil, entre ellas:
- las dificultades para establecer
vínculos afectivos con el recién nacido;
- el hecho de no cuidar al niño;
- los antecedentes personales de maltrato
infantil;
- la falta de conocimientos o las expectativas
no realistas sobre el desarrollo infantil;
- el consumo indebido de alcohol o drogas,
en especial durante la gestación;
- la participación en actividades
delictivas;
- las dificultades económicas.
Factores
relacionales
Hay diversas
características de las relaciones familiares o de las relaciones con la pareja,
los amigos y los colegas que pueden aumentar el riesgo de maltrato infantil,
entre ellas:
- los problemas físicos, mentales o de
desarrollo de algún miembro de la familia;
- la ruptura de la familia o la violencia
entre otros miembros de la familia;
- el aislamiento en la comunidad o la
falta de una red de apoyos;
- la pérdida del apoyo de la familia
extensa para criar al niño.
Factores
sociales y comunitarios
Hay diversas
características de las comunidades y las sociedades que pueden aumentar el
riesgo de maltrato infantil, entre ellas:
- las desigualdades sociales y de género;
- la falta de vivienda adecuada o de
servicios de apoyo a las familias y las instituciones;
- los niveles elevados de desempleo o
pobreza;
- la disponibilidad fácil del alcohol y
las drogas;
- las políticas y programas insuficientes
de prevención del maltrato, la pornografía, la prostitución y el trabajo
infantiles;
- las normas sociales y culturales que
debilitan el estatus del niño en las relaciones con sus padres o fomentan
la violencia hacia los demás, los castigos físicos o la rigidez de los
papeles asignados a cada sexo;
- las políticas sociales, económicas,
sanitarias y educativas que generan malas condiciones de vida o
inestabilidad o desigualdades socioeconómicas.
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